Calima

 

 

 

cubrió el cielo

como un pañuelo

una niebla cáustica

que nos dejó ciegos

 

fango y barro

desde allá en lo alto

los ángeles nos escupieron

 

ellos se rieron los últimos

de nosotros que osamos

reírnos los primeros

 

la venda sobre los ojos

no nos la puso nadie

lo hicimos nosotros





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