El enemigo

 

 

 

 

Allá afuera
la noche agoniza.
Ya casi llega el alba,
y el enemigo aguarda,
vela silencioso sus armas.
 
Espera con paciencia,
con desesperante calma
a que el sueño de mí se aleje.
a que abandone el muelle
cobijo de nuestras sábanas,
que me lave, que me peine,
que me vista y que le enfrente
como quien no quiere la cosa
en esta nueva mañana.
 
El enemigo,
no me engaño,
habita en mis entrañas:
el enemigo soy yo,
dejémonos ya de farsas.
 
Ya amaneció, mi amor,
ánimo, vamos a darle batalla.

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